Antonio Madrigal
Nacio en la ciudad de México en el año de 1966, cursó hasta el nivel medio superior y fue en esa etapa de su vida que se desarrolló en él el gusto no sólo por la literatura, sino también por el cine, la música y más tarde por los libros de divulgación científica; dividió su tiempo entre su trabajo como operador en una empresa multinacional y la escritura, publicó relatos durante varios años en la revista-club La pluma del ganso, medio en el que el público podía enviar sus impresiones al respecto de los trabajos ahí expuestos. Cabe mencionar que recogieron comentarios alentadores, pero no se animó a afrontar la escritura de un volumen sino hasta que consideró que tenía la historia adecuada, cierto bagaje y la convicción de que tenía un proyecto por el que valía la pena arriesgarlo todo, así que le dedicó tiempo completo, documentación y repetidas correcciones. Le quedó claro que el ejercicio literario no admite medias tintas: o le dedicas todo aun cuando no se tiene garantía de nada, o te resignas a una medianía cómoda tal vez, pero intrascendente a la larga.
Escribir Sueños artificiales significó mucho para é, gran parte de ello no lo distingue aún porque carece de la perspectiva que solo da el tiempo, el contemplar las cosas desde cierta distancia; le permitió madurar y dar lo mejor que podía.