Entrevista a José Eduardo Gimeno, autor de Oscuridades fatuas

Jose Eduardo GimenoEntrevista a José Eduardo Gimeno, autor de la obra Oscuridades fatuas.

¿Cuándo empezaste a escribir?

Pues la verdad es que no lo recuerdo, supongo que al mismo tiempo que empecé a leer, tengo una vaga noción de intentar acabar los libros con otros finales o seguir cuando concluían.

La eterna sensación de la historia interminable…

¿Quién o qué te inspiro a hacerlo?

Todo y nada al mismo tiempo. Es una necesidad la de dar un enfoque diferente a la realidad. Aunque trabajes con hilos de fantasía siempre te has de guiar por las madejas de algo que conoces o crees conocer, no puedes inspirarte en algo que ignoras, quizás en esa búsqueda hallaba la solución a muchas interrogantes, y estas llevaban a otras incógnitas en un camino enriquecedor.

Tu obra anterior, La diosa de las cosechas, era un poemario. ¿Qué te ha llevado a este cambio?

Más que un poemario es una fábula real sobre un acontecimiento verdadero y crudo que sucede en Argentina y por extensión en todo el mundo… Hay un pensamiento de Noam Chomsky en la que elucubra lo siguiente:

¿Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores, naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra.

La diosa habla sobre ello sobre el poder de la mentira para llegar a unos fines con la sencillez de etiquetar lo que es bueno o malo desde un parámetro humano, si deseamos cambiar algo hay que revisar el pasado para mejorar el futuro.

Y no hay cambio alguno, de hecho la poesía es un acto reflejo, un ejercicio de acople de pensamientos que se enlazan, no concibo el escribir sin esa naturalidad, ese fluir de palabras. La poesía marca mi vida, de hecho todos los días cuelgo algunas en las redes, son las líneas que me marcan la carretera en ese instante.

La narrativa es mi otro lado más meticuloso, en donde las ideas se mezclan con las dudas y búsquedas en las que en ese momento me halle.

¿Qué se va a encontrar el lector en esta obra?

Encontrará una novela de muchas sombras. Sentirse caer desde el comienzo en un bucle de acciones, sensaciones, impresiones y escalofríos con la intriga medida para permanecer en guardia.

Conspiración universal de sombra, de mal, de control y la fría constatación de que todo cuadra, de que todo se tapa, de que todo se puede limpiar y borrar. Oscuridades en un mundo muy perdido, poderes podridos silenciando, enredando. Moviendo los hilos desde el comienzo de los tiempos. Y cuando parece todo perdido, esperanza y resistencia. Personajes en huida y en búsqueda. Y el antídoto a tanta oscuridad, encontrar la luz en uno mismo, arraigarse a la tierra, ayudar al prójimo.

La dosis de magia necesaria para conservar la esperanza, la sabiduría de la naturaleza conservada en el legado vacceo. La sensación de que la salida tiene color verde… Creo que la sinopsis lo resume perfectamente.

¿En qué momento nos perdimos como civilización?

Cuando empezamos a desear lo del vecino y la mentira fue el arma para crear realidades falsas hasta que se ha quedado como algo grabado en el inconsciente colectivo.

No hace mucho supe de una investigación que hacía un equipo de científicos americanos, preguntaban a la familia de lo que luego serían las cobayas humanas del experimento, cosas triviales e importantes de la infancia, accedían luego a estas «cobayas» que se habían prestado al experimento realizándole preguntas, y uniendo sus experiencias para sacar matices de sus pasados infantiles.

Pero metían siempre una historia que era falsa, o que se había perdido en un centro comercial, o la visita de un famoso a su casa, claro que ellos no lo recordaban.

Pasados unos días volvían a preguntarles cosas de sus infancias, pero esta vez otras personas diferentes y de diferente forma, y a cada vez que repetían las historias los recuerdos se llenaban de matices que más tarde eran corroborados por las familias, se sacaba lustre a los recuerdos.

Pero también el recuerdo falso crecía y crecía hasta no poder diferenciarlo de lo real, ese recuerdo, esa visión ya estaba infiltrada como cierta.

Ese es el instante que hay que quebrar el que la realidad no difiere de la irrealidad.

¿Qué recomendarías al lector antes de comenzar a navegar por las páginas de esta obra?

Oscuridades fatuas

Solo que lea con la mente en modo tabula rassa, desde un punto de vista que algunos considerarían conspiranoico, pero que en realidad es una etiqueta que han colocado al que siempre duda de todo… y que se divierta.

¿Qué escritores te han inspirado más en tu trayectoria?

De todos, siempre sacas algo, soy de la convicción de que no hay libro malo, tan solo lector inadecuado, y cada mente filtra los libros según complejos parámetros que nos hace únicos, a cada mente una percepción diferente.

Nunca he tenido autores digamos modelo, quizás, y digo quizás Haruki Murakami pudiera ser el que más sigo. Pero en mi biblioteca cabe todo y de todos los géneros.

¿Por qué te decidiste a escribir sobre las «oscuridades» que pueblan el mundo? ¿Hay esperanza detrás de tu obra?

A lo mejor fue un daño colateral de La diosa, ya que demuestra que en lo oscuro siempre pueblan los intereses de unos pocos, y es bueno abrir las ventanas y que entre la luz, a alguien llegará algún hilo de fotones con los que alejar las sombras…

Ya se sabe, el demonio usa su mayor poder cuando se piensa que no existe, lo mismo sucede con las oscuridades, son fatuas, como los fuegos de los pantanos, flashes de luz que marcan lugares por unos instantes para desaparecer, tan solo hay que recordar donde surgieron e iluminar con una mente abierta.

Y sí, siempre hay esperanza. De hecho, al fondo de la caja de Pandora que desataba los males estaba la salvación la Esperanza. Yo lo llamo Ubuntu.

Sí, así es. Sencillamente porque lo que cuento, por escabroso y oscuro que suene, es verdad, aunque choque con lo políticamente correcto, los personajes tan solo son reflejo de los vaivenes de ese cuento.

¿Qué nos puedes contar sobre Onofre Puchades?

Me remito a la maravillosa sinopsis. Onofre Puchades lo descubre tras un profundo aroma de perfume que lo lleva a internarse en un mundo de intriga, poder, sexo y mentiras, donde nada es como es, sin darse cuenta de los hilos invisibles que lo mueven.

A través de un viaje iniciático descubre la verdad escondida durante siglos para deshacernos de esos hilos, el precio que pagará es muy alto, sin ser consciente que solo es un peón en la jugada. Mientras, Marisa, Lilith, Martika y Aradith, van descubriendo su parte en el gran entramado de control y miedo hacia una forma de vida dada por los ancestros.

Una novela que atrapa o ¿atrapa la realidad disfrazada de novela? Y que invita a preguntarnos entre líneas:

¿Somos capaces de ser agentes de cambio en este mundo cada vez más caótico proyectando desde el pasado hacia un futuro que comienza ya? ¿Elegiremos la sabiduría que nos fue legada o nos dejaremos llevar por el camino de destrucción? ¿Sigues en el juego o sales de él?

….poco más que decir.

¿Qué método utilizas a la hora de escribir?

Escribir cada día y dejar que los personajes tomen el mando, nunca hago guiones, voy sobre la marcha y es emocionante nunca saber qué pasará al día siguiente cuando me pongo frente al teclado o con el bolígrafo cantando sobre el papel.

La constancia, la ilusión y una dosis de disciplina hacen el resto.

CREER ES CREAR.

Si no creemos en lo que creamos, es absurdo. Como si estuviéramos haciendo un muro ladrillo a ladrillo, o aráramos un campo. Algo mecánico y no se puede asir.

Si no hay magia, si no hay feeling entre lo que se plasma en letras y tú mismo, no sirve de nada.

Escribir es algo holístico… pero me puedo equivocar.

Valora cómo ha sido tu experiencia con Calíope Editorial.

Repito las palabras de arriba, CREER ES CREAR, y de eso Calíope sabe bastante.

El único handicap de escribir es la soledad. Sí, el que se embarca en esto hallará el desequilibrio, y tan solo viendo el reflejo en el espejo, viendo su manera de entender las cosas, se equilibra. Y para hacer de contrapeso la editorial tiene sus mecanismos entre los que se halla la cercanía y la comprensión sobre el autor.

El acto creativo es agresivo, es la lucha en la que buscas el equilibrio entre la idea que deseas y la materia sobre la que trabajas, y en Calíope compruebas que al final del camino siempre hay alguien con quien reconciliarte con la idea y la palabra.

 

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