Entrevista a Aída Luisa Sosa, autora de Memorias de una emigrante cubana
¿Cuándo surge la idea de plasmar en papel esta historia?
Desde que estaba en Cuba. Por esa razón envié a amigos y familiares cartas con los documentos que recogería a mi llegada a España con el fin de editar un libro, denunciando la crueldad del sistema comunista de Cuba. Si no lo hice entonces, como he expuesto en el libro, se debió a que allí habían quedado mis padres y un hermano y pensé que podrían tomar represalias contra ellos.
Qué parte fue más difícil de escribir?
Lo primero, sentir de nuevo el dolor de la traición, el engaño y la frustración de mis ideales.
Particularmente para mí fue muy doloroso tener que plasmar lo que me ocurrió en el año 1991, cuando fui porque mi padre estaba en estado terminal, y fui maltratada psicológicamente y echada del país, porque defendía mi derecho a viajar como ciudadana española. En realidad, todo el libro ha sido duro para mí.
¿Por qué llegó alguien como Fidel Castro al poder?
Porque creímos en él, en todo lo que nos prometió en su autodefensa (La Historia me absolverá) y nos hizo creer que iba a instaurar una democracia, respetando la constitución de 1940. Nadie del pueblo sabía que él era comunista, lo cual negó después del triunfo una y otra vez.
¿Hay algo de verdad en el «comunismo»?
Solo hay falsedad y el enriquecimiento de la élite comunista, mientras que el pueblo vive en la mayor de las pobrezas y la opresión. Donde no existe la libertad de palabra ni pensamiento y el pueblo no es más que piezas de un tablero que el poder maneja a su antojo.
En dos ocasiones volvió a Cuba, ¿cómo fueron esos viajes?
El primero en el año 1991, traumático en todos los sentidos. Fui torturada psicológicamente y martirizada sin piedad, teniendo a mi padre en estado terminal, solo por el hecho de haber viajado con pasaporte español, lo cual es perfectamente legal. En mi libro describo todo detalle.
La segunda vez, me doblegué, ya había fallecido mi madre sin poder verla, porque estaba fichada por la Seguridad del Estado, y viajé con pasaporte cubano. En el libro doy los detalles. Todo se desarrolló con normalidad, gracias a un buen amigo que solucionó todo. Fue tarde para ver a mi madre, pero al menos pude ver al resto de mi familia. Hacía 40 año que no veía a algunos de ellos. Él ya ha fallecido.
Si tuviera que quedarse con un solo recuerdo, ¿cuál permanecería siempre en su memoria de emigrante?
El dolor de no haber podido ver a mi madre antes de su fallecimiento, por temor a caer presa. Eso me perseguirá el resto de mi vida.
¿Qué desearía que ocurriera en Cuba?
Que desapareciera el comunismo y que el pueblo fuera libre. Que se instaure una democracia con nuestra constitución de 1940, mejorada.
¿A quién va dirigido este libro?
A todo tipo de público adulto capaz de comprender su contenido y valorarlo. Y en especial, a los emigrantes cubanos de las nuevas generaciones y a todos los emigrantes de sistemas como este.
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