Entrevista a Diego Galera, autor de Sonetos a los santos.
¿Cómo comenzó tu trayectoria como escritor? ¿Qué te llevó a hacerlo?
Mis primeras nociones como escritor las tuve cuando terminaba la enseñanza primaria al hacer redacciones. El maestro me decía que estaban muy bien hechas, «pero no las hagas tan largas…», según me recuerda un compañero. Se me pierde en el tiempo. Retomé la escritura en el otoño de 1982, me hallaba frente a la Universidad de Barcelona y me vino a la memoria mi hermano mayor. Yo, escribiendo constantemente en una libreta, ya había escrito una novela y mezclaba prosa y poesía con mucha retórica; pero sobre todo me acordé de mi abuela materna y de los recitales de romances que nos daba en las noches de verano en los corrillos que se forman entre los vecinos. Y de mi abuelo materno que me decían que hablaba en verso a sus vecinos. Con tales antecedentes me dije: ¿Por qué no pruebo yo también? Y así me vino la inspiración, en forma de unos ensayos inacabados, en la poesía. Y así hasta 1988 que me dije que podía editar y así lo hice.
¿Por qué esta obra? ¿Qué te propones con ella?
El porqué de esta obra es un misterio, como todo lo que viene del Espíritu. Ahora bien, se puede explicar dentro de un marco místico-religioso. En un tiempo en que los autores se pierden en la búsqueda del Santo Grial. Yo, por honestidad, propongo al lector adentrarse en el Camino, la Verdad y la Vida, a través de los Santos, hombres y mujeres que alcanzaron la Santidad siguiendo con una fe inquebrantable este Camino, esta Verdad y esta Vida en continuo dialogo con el Señor; hay tanta Gracia de Dios en ellos, que bien merecen un soneto. Ya lo merecían desde San Juan Bautista, lo merecían en el transcurso de los siglos y lo merecen más si cabe hoy día, todo vale para volver las ovejas al redil, hoy día que están tan descarriadas. Queda dicho de manera implícita el porqué de esta obra y lo que me propongo con ella. Cual si fuera un soplo de aire puro.
¿Qué se va a encontrar el lector en esta obra?
Si más no, una lectura amena y de fácil comprensión. Transcendiendo más allá, una lectura y una escritura que no se explica sino es a la luz de la fe, pues el primer sorprendido es el autor y no dudo que igualmente se sorprenderá el lector. Este puede ser muy diverso, pues si bien no es un género que les entre por los ojos, sino es por los ojos del Espíritu, la transcendencia de estos sonetos puede llegar a todos los lectores como una guía de Santidad y de Gracia donde, así, tímidamente pueden iniciar el Camino y encontraran la Verdad. Y como un soplo de aire nuevo encontrarán la Vida. ¿Y acaso hay mejor entretenimiento que el ora et labora? La Historia que hay en ellos también puede interesar.
¿Cómo surgió la idea de escribir un poemario a los santos?
Conocedor de mi estilo, base de mi inspiración, mi hermano me animaba a presentarme al Premio Fernando Rielo de Poesía Mística y al Premio de Poesía Religiosa San Lesmes de Burgos y, con este panorama pensé: ¿Qué más religioso que los Santos y qué mejor que hacerles un libro de sonetos? Una rima elegante y exigente, y así, mezclando sonetos clásicos y alejandrinos con o sin estrambote, me animé a tan ingente trabajo, documentándome en libros antiquísimos. Fueron saliendo estos sonetos, no sin inspiración cristiana, que como ya he dicho antes, yo era el primer sorprendido y logré hacer casi tres libros con un determinado número de sonetos e ilustraciones. lo que hacía el trabajo más difícil si cabe. Pero todo era necesario para que el lector conociera la historia de la que se trata.
¿Qué recomendarías al lector antes de comenzar a navegar por las páginas de esta obra?
Que se lien la manta a la cabeza y así, reconciliados con Dios, libres de mancha y predispuestos, abran las páginas del libro y empiecen a navegar por el libro guiados por el Espíritu. Sólo Él les hará comprender estas escrituras de piedad cristiana ampliamente inspiradas a la luz que desprenden los Santos, cuando los afrontas con fe y confianza, sólo por este Camino te encontrarás con ellos y ellos te hablarán con la Verdad más grande de todos los siglos, e imbuidos de ellos os encontraréis con la alegría de la Vida verdadera.
¿Qué nos puede aportar la lectura de Sonetos a los santos?
Conocimiento, que no es poco, de algo que quizás tengan pocas noticias o escasas. Para muchos será adentrarse en un mundo nuevo. Para otros será redescubrir algo que por vergüenza tienen apartado. Yo les diría que entre verso y verso cobrasen valor y afrontasen este nuevo ¡reto! sin miedo, llenos de paz. No sé si este libro llegará a los pecadores, pero si tímidamente les llega, que a través de él una fuerza inusitada que les lleve a tratar las cosas de Dios en adelante, pues el Espíritu está pronto, no lo abandonemos ya y rezar por mí, pues yo soy uno más entre vosotros. ¡Que lo que les entre por los ojos alimente el Espíritu! Así sea.
¿Qué escritor o escritores te han inspirado más como lector y por qué?
Buena pregunta para un escritor intuitivo, que lee poco. Pero entre los contemporáneos me quedo con Gerardo Diego, por la delicadeza de sus poemas. Entre los que he conocido, José Hierro, por su rima constante sin altos ni bajos. Entre los que conozco, Mossèn Climent Forner i Escobet, mi prologuista, poseedor de la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat. Es un escritor tan prolijo y con diversos estilos… Y es esa diversidad es lo que más me gusta de él; siempre me está animando a que escriba en catalán; creo que él ha heredado la tradición de los poetas catalanes.
Dicen que estoy influenciado por los clásicos. Será por Lope de Vega que es al que más leo y empecé a hacer mis sonetos con los esquemas de los suyos en lo tocante a las rimas, por ejemplo: (1458) (2367) (91113) (101214) de soneto clásico, de 11, 12 y 13 sílabas, aunque en algún verso llega a 16 sílabas. Aunque frecuente las 15 sílabas. Por si me dejo alguno en mi lista, también hay lugar para Jacinto Verdaguer, los dos tratan con delicadeza los temas divinos sin apenas tocar el suelo.
Todos son poetas, he intentado además leer a Cervantes y su Don Quijote. Me encanta el personaje de Dulcinea. Pero aunque he hecho Cuento, Ensayo y Novela, no soy adicto al género, sólo leo, y no mucho, a los poetas, desde San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús hasta José García Nieto, por estar entre mis gustos religiosos.
¿Qué nos puede invitar a reflexionar tu obra?
El juntar reflexión con reflexión y ver cuál es el resultado. Auguro que será positivo. Pues lo que no falta en este libro es reflexión. Reflexionar sobre lo que aconteció hace 2.000 años y sobre lo que sigue aconteciendo hoy día. Un Santo bien merece pararse a meditar sobre él o ellos. Y así, santo a santo, conforme pasamos las páginas nos podemos sentir llenos de la gracia, de la poesía que hay en los santos y mirar hacia el horizonte inacabable, lleno de Gloria, que tenemos el derecho y el deber de alcanzar con el ejemplo de los Santos.
¿Qué método utilizas a la hora de escribir?
Apuesto por un comienzo con el argumento ya concebido y así veo cómo van saliendo los versos uno a uno, aunque según las palabras propuestas, sin seguir el guión pensado de antemano. Sale todo en libre albedrio, según voy encontrando las palabras, y cuando termino me doy cuenta de que me ha salido del horno el poema bien moldeado, más allá de lo esperado. Dicho esto, creo que el verso hay que encauzarlo y dejar que siga su cauce y, como el río, llegará al mar con un resultado cuasi perfecto. Tanto que puedes decir con J. R. Jiménez: «No la toques ya más que así es la rosa».
Valora cómo ha sido tu experiencia con Calíope Editorial.
He tenido diversas experiencias editoriales y valoro la de Calíope como la más cercana, sin hablar literalmente, que facilita y ayuda al autor a la hora de editar. Cosas que otras editoriales las complican. Valoro también que no se queden con los brazos cruzados, sino que están activos dándole alas a tu obra para que tenga la promoción más completa. Y con un trabajo conjunto la obra se va divulgando y ojalá conociendo.
Consulta nuestro catálogo de publicaciones.