Entrevista a Jerónimo Moya, autor de «Breves y brevísimas historias amargas en tiempos difíciles«
¿Por qué esta obra? ¿Qué te propones con ella?
Las intencionalidades en el momento de escribir, pintar, componer música o decorar un piso, entre otras ocupaciones, resultan relativamente confusas en según qué ocasiones. En esta, dado el título (…historias amargas en tiempos difíciles) y el periodo en que se ha escrito (tiempos de pandemias), la conexión resultaría evidente. Sin embargo, personalmente creo, o me gustaría, ampliar el foco y referirme al intento de dar una visión de esta sociedad, la que nos toca vivir con o sin virus, y hacerlo de una forma muy fragmentada en la forma y muy coherente el en fondo. Ese ha sido el objetivo.
¿Qué se va a encontrar el lector en esta obra?
Lo dicho, una forma caleidoscópica, en unas ocasiones disfrazada de fantasías irónicas o poéticas y en otras de un realismo demasiado reconocible, un punto cínico, dar una forma de observar lo que nos rodea. Dicho sin la menor presunción de ser conocida ni reconocida,
¿Qué nos puede aportar la lectura de Breves y brevísimas historias amargas en tiempos difíciles?
Dada su composición, 66 historias con una extensión entre unas líneas y unas pocas páginas, básicamente distracción. Al menos en la amenidad se ha puesto el objetivo básico. Y si se permiten mayores ambiciones, reflexión.
El libro está estructurado en tres partes: Soledades y melancolías, Ficciones reales y Cuentos poco infantiles. ¿Cuándo lo escribiste tenías clara dicha división o procediste posteriormente a agruparlas de esta forma?
Lo cierto es que inicialmente pensé en agruparlas según su extensión. Sin embargo, una vez concluidas las historias me resultaba de un desorden poco recomendable. Fue entonces cuando comprendí que hacerlo temática o intencionalmente tendría más sentido.
Como indica su título, las historias se caracterizan por ser breves. ¿Crees que así se favorece la agilidad a la hora de la lectura?
Quizá sea un factor a tener en cuenta. No obstante, en mi caso se trataba de entra en un campo inexplorado con anterioridad. Debe considerarse que mi anterior novela, Arlot. El Cantar de espada Negra, tenía unas 800 páginas. Sea como sea, escribir estas historias me ha llamémoslo divertido, y no poco. Es otra forma de ponerse ante la pantalla y dejarse ir.
Como escritor, ¿prefieres escribir una novela con una estructura tradicional o crees que te aporta más escribir historias breves?
He escrito varias novelas y creo que es mi campo, pero no descarto hacer un segundo intento en el nuevo formato. Como indicaba, ha resultado de lo más gratificante.
Valora cómo ha sido tu experiencia con editorial Calíope.
Es la cuarta obra que publico con ella, las últimas cuatro que he escrito. Creo que con ello la respuesta resulta evidente. No tengo ninguna intención de cambiar de sello.
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