Entrevista a José María Parro Blanco, autor de El viaje de Aymeric.
¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Quién o qué te inspiro a hacerlo?
Escribí mi primera novela corta entre los dieciocho y los diecinueve años, animado por las circunstancias de juventud y el profesor de literatura. Pero muchos años después, fue la realización del Camino de Santiago lo que con el tiempo me decantó por la escritura.
¿Por qué esta obra? ¿Qué te propones con ella?
Me prometí interiormente que le debía devolver al Camino algo en compensación de lo que él me había aportado. Y surgió “El viaje de Aymeric”. En ningún caso se trata de un intento de publicitar una Senda que, a la vista está, no necesita de mi pobre aportación en este aspecto. Me gustaría que todo aquel que lea el libro, haya o no realizado el Camino, pase unos días agradables de lectura. Las aportaciones, del tipo que sean, se las habrá dado o se las dará el Camino, si se deciden a realizarlo.
¿Qué aconsejarías al lector antes de comenzar a navegar por las páginas de esta obra?
Se trata de un relato con personajes reales y ficticios, asimismo, se mezclan hechos reales y ficticios, pero al fin y al cabo, se trata de una novela muy lejana de un tratado histórico. Por otra parte, tampoco pretende ser una guía, con ese objetivo hay cientos en el mercado.
¿Qué nos puede aportar la lectura de El viaje de Aymeric?
Sería pretencioso por mi parte presumir que la lectura de la novela va a causar tal o cual efecto. Solo aspiro a que cada lector extrapole de lo escrito según sus vivencias existenciales (así como lo hace el mismo Camino). Incitar a una mirada interna a nuestro “yo” más profundo.
¿Qué escritor o escritores te han inspirado más como lector y por qué?
Los clásicos, sin duda. Pero me decanto por libros en particular, no por una fidelidad al autor. Apurando: Galdós y Vicente Blasco Ibáñez; García Márquez. Delibes y Cela; Sánchez Ferlosio y Arturo Pérez-Reverte.
¿Cómo surgió la idea de escribir sobre el Camino de Santiago?
De esa necesidad de devolver algo de lo recibido. Empecé a documentarme sobre la historia del Camino, Cluny y la vida monacal de la época, sobre el románico, sobre la vida en la edad media… Cuando comencé a escribir, los personajes se fueron sumando según avanzaba la acción.
¿Dónde te has inspirado para crear los escenarios que se describen en el relato?
Son parte de la historia irrefutable del Camino, desde mis propias impresiones de las poblaciones, edificios, monumentos, campos, bosques, a la reflexión histórica. Todo en el Camino son elementos vívidos e inexorables.
¿Qué nos contarías de Aymeric?
Aymeric es un referente para el desarrollo del relato, pero no se presenta en sí como protagonista. A pesar del contexto, los personajes y las vicisitudes la convierten es una novela actual. Los humanos repetimos los mismos errores una y otra vez. Las luchas entre religiones, entre pueblos, el papel de la mujer (la protagonista vestida de hombre, cosa penada en la época hasta con la muerte), las luchas internas de poder, los ladrones con cargos oficiales…
¿Qué método utilizas a la hora de escribir?
Esta novela necesitó de cierta documentación, pero dentro del ritmo de la obra, dejo que los personajes me vayan llevando hasta el final. No me gusta ponerles límites anticipadamente.
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Espectacular. Un trabajo ímprobo, profesional. Los escritores siempre tenemos dudas sobre las editoriales, pero en este caso, solo tengo palabras de agradecimiento para todo el equipo editorial.
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