Entrevista a Julián Mateos de la Higuera, autor de Los pasos amargos

Julian Mateos de la HigueraEntrevista a Julián Mateos de la Higuera, autor de Los pasos amargos.

¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Quién o qué te inspiró a hacerlo?

Empecé a escribir cuando estaba haciendo el servicio militar en Melilla, en la isla de Alhucemas: un peñón de 180 metros de largo por 80 de ancho, según me informaron cuando llegué allí en septiembre del año 1970.

Siempre me ha gustado leer y a veces escribía algunos relatos cortos, pero al llegar a esa diminuta isla, la nostalgia de estar rodeado de agua tan lejos de mi familia y de mi tierra, me despertó con viveza el ansia de escribir todo aquello que sentía, plasmando día a día en un  cuaderno mis sentimientos, unas veces en prosa y otras en verso.

Después de estar algo más de un año en tierras africanas me dieron la licencia, volví con mi familia y unos días después me puse a trabajar, lo que hizo que a partir de entonces tuviese poco tiempo para escribir. Las diez horas diarias de trabajo solo me permitían leer cada día durante un tiempo limitado. Aun así, a veces, cuando mi corazón se impregnaba con algún sentimiento de pesadumbre o de alegría, escribía. Era una exigencia íntima, algo irremediable que solo encontraba la calma después de haber plasmado aquello que sentía, en un breve poema. Una práctica que me ayudaba a calmar el agobio de mis preocupaciones.

¿Por qué esta obra? ¿Qué te propones con ella?

Esta obra nace de la preocupación de tantos casos de maltrato que surgen casi a diario, incluidos los que terminan en asesinato. Cada vez que llegan a mis oídos esas nefastas noticias, sufro. La libertad y el derecho a decidir sobre sí mismo/a, es, o debería ser inviolable, sagrado. Nadie tiene derecho a condicionar y disponer de la vida de los demás. Yo pienso que, cuando una relación se rompe, o simplemente no funciona, lo correcto y más conveniente es, aun defendiendo cada uno su postura, concienciarse de que tienen que seguir caminando por caminos diferentes, en paz. Las discusiones y las peleas solo sirven para enmarañar el camino y convertirlo en una senda pedregosa que no tiene salida.

Con esta obra me propongo mostrar que la violencia no es la solución a los problemas y advertir que no merece la pena alargar el sufrimiento cuando se producen las desavenencias. Cuanto antes se corten, mejor. Por desgracia, igual que la protagonista de esta obra, la persona maltratada en principio aguanta el maltrato, porque considera que son casos aislados sin importancia, y después, por otras circunstancias que ella, o él, porque es sabido que, aunque en menor porcentaje también hay hombres maltratados, creen que su situación es insuperable.

Siempre ha habido maltrato. Yo recuerdo de cuando era niño que en algunas familias tenían la guerra continua, donde la mujer, aun siendo sumisa, siempre terminaba perdiendo. Pero esas trifulcas y esas peleas nunca se consideraban maltrato o violencia de género como se califican ahora: para la mayoría de la gente eran simplemente problemas familiares y nadie se inmiscuía en ellos. Nunca le daban la importancia que esos casos merecían, solo eran noticia en los mentideros, como zapaterías, barberías, carpinterías, fraguas… y sobre todo en los corrillos de la plaza; donde las críticas, la mayor parte de las veces eran motivo de burla y diversión.

Esta obra está basada en aquellos recuerdos, de ahí viene el hecho de marcar cada capítulo del libro con el año o años a que corresponde cada parte de esta novela.

Con el tema de esta obra quiero convencer de que siempre hay un camino diferente al que se ha seguido hasta ese momento, aunque a veces sea desconocido, solo hay que buscarlo con decisión y sobretodo, pedir ayuda.

¿Qué se va a encontrar el lector en esta obra?Los pasos amargos

Al comienzo de esta obra el lector va a encontrar la sencillez de una niña jugando en la calle y después, en su adolescencia, el error de la sumisión de una muchacha enamorada. Después, la lucha y el coraje por mantener la independencia al lado de sus hijos. También encontrará algún relato diferente al tema principal, pero siempre guardando alguna conexión con él. También encontraran el amor de una madre que padece viendo a su hijo (el maltratador) al borde del precipicio separado de los suyos. Una circunstancia que ocasiona el revuelo en toda la familia.

¿Qué recomendarías al lector antes de comenzar a navegar por las páginas de esta obra?

Al lector le recomiendo antes de navegar en las páginas de esta novela, que lea despacio y analice cada escena, sobre todo si es violenta, pero siempre desde un punto de vista neutral. Cada una de las secuencias que se representan en esta obra, tiene un porcentaje elevado de verdad. También advierto de la dureza de algunas de ellas. Cuando después de haber escrito algunas de esas páginas leí su contenido y quise suavizar esas escenas, pero no pude, las vi tan reales que pensé: quitarle parte de su contenido es alejarlas de la realidad. Y mientras pensaba eso, me vino a la mente aquella mujer que un día contaba a mi madre el maltrato que ella había sufrido en sus propias carnes.

¿Qué escritor o escritores te han inspirado más como lector y por qué?

Como lector ha habido varios escritores que me han inspirado. Al principio de salir de la escuela y empezar a trabajar, leía poco y casi siempre era poesía. Me encantaban los hermanos Álvarez quintero, Bécquer, Gabriel y galán, García Lorca, Samaniego… En prosa mis preferidos eran Cervantes, Fernando de Rojas, Calderón de la Barca y otros muchos escritores que han ido saliendo a lo largo de mis años; pero el que más me ha inspirado ha sido Miguel Delibes, por el realismo rural que destaca en sus obras. Quizá también haya sido por la parte que tengo yo vivida en ese sufrido ambiente del campo, desde los últimos años de 1950 hasta el 65, año en que empecé a trabajar en la construcción.

¿Qué nos puede aportar la lectura de Los pasos amargos?

La lectura de Los pasos amargos puede aportar al lector, entre otras cosas, el conocimiento de la sinrazón del maltratador y el machismo egoísta. No soy feminista radical, pero defiendo a la mujer como persona, igual que defiendo al hombre, reconociendoles con los mismos derechos. El tema de esta obra es a favor de la mujer, pero no va en contra del hombre, si no es maltratador. Solo  representa el maltrato, la injusta violencia; con la única intención de advertir, igual en las primeras secuencias leves que después en las escenas violentas. Concienciar que no se debe tolerar el maltrato por muy ajeno que sea a nosotros.

¿Qué nos podrías contar sobre Enrique y Juana?

Sobre Enrique y Juana puedo contar que son el ejemplo de algunos matrimonios mal avenidos de aquella época. Ella es la mujer sumisa que, aun estando resentida por algún desprecio, no se revela. Él, sin embargo, es todo lo contrario: siempre va buscando lo que a él le interesa. Si alguna vez se muestra amable es porque piensa coger más de lo que da. Prueba de ello es, las veces que busca el calor de una cama ajena.

Valora cómo ha sido tu experiencia con editorial Calíope.

Mi experiencia con editorial Calíope ha sido fantástica, buenísima, igual con mi primera novela  que esta segunda vez con Los pasos amargos. La comunicación ha sido excelente, igual que la formalidad en la entrega del pedido. Su trato ha sido siempre ejemplar. Prueba de ello es que he vuelto a confiar en editorial Calíope sin ninguna reserva para publicar mi segunda novela.

 

 

 

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